En conversación con Cuando Esto
Acabe, Carolina Corcho, médica, psiquiatra y vicepresidenta de la
Federación Médica Colombiana, y el médico y columnista Víctor de
Currea-Lugo expusieron por qué padecemos en Colombia semejante
sistema de salud y cuáles son las posibles salidas para mejorarlo.
Ya no es raro oír decir que
la pandemia desnudó los grandes problemas del país, en especial las graves
deficiencias del sistema de salud. Esta situación tiene origen en la década de
los 90 cuando aparecieron las EPS como la solución al mal manejo de los
recursos que hacía el Estado.
Para Víctor de Currea-Lugo,
lo que parecía el remedio a la enfermedad de la corrupción terminó convirtiendo
a la salud en un mercado. “El negocio de las EPS no es brindar salud, es
acumular capital. Antes la relación era directa entre el paciente y el hospital ahora hay
un intermediario que se encarga de venderle, ofrecerle paquetes de salud a esos
pacientes y de reconocerle unos pagos a esos hospitales. El negocio está en
ofrecer el menor número posible de servicios de salud a los pacientes y
reconocer la menor cantidad de dinero a los hospitales. En eso radica el
negocio, por eso decimos que la salud se convirtió en una mercancía”.
Y a este negocio no le interesa prevenir sino que nos
enfermemos, porque ahí están las ganancias, en cobrar por los servicios. “La
prevención es mucho más barata, pero eso requiere un Estado que le apueste. El
modelo ideal de salud es cuando los hospitales estén dotados de todo pero
vacíos, eso implica entender la salud más allá del hospital, o sea tener las
necesidades básicas satisfechas. La salud no solo es fruto del servicio sino de
las condiciones de vida, y en Colombia las condiciones de vida no favorecen a
la salud física ni a la salud mental”, indicó Currea-Lugo.
Del dicho al derecho, hay mucho
trecho
“Lo primero que hay que explicar es que Colombia tiene
uno de los constitucionalismos más avanzados de occidente. Esto significa que
en este momento el derecho a la salud es exigible al Estado por cualquier
ciudadano de manera inmediata sin que esté ligado a la sostenibilidad fiscal, a
que haya recursos o no haya recursos, es de efectividad inmediata”, explicó
Carolina Corcho.
Pero, como dicen las abuelas, del dicho al hecho,
hay mucho trecho. Es común ver y oír historias de los paseos de la muerte,
de citas que son confirmadas cuando ya el paciente murió, de los hospitales sin
camas y sin insumos, entre muchas muchas otras, y el Estado y los organismos de
control como si nada. “En Colombia, después de la decisión de mercantilizar la
salud, entre 1998 y el 2010 ha habido un millón 300 mil muertes evitables, se
han interpuesto más de 3 millones 500 mil tutelas, se ponen 210 mil tutelas en
el año y un millón de quejas en la superintendencia de salud”, indicó Corcho.
Además, fue muy clara al
definir qué debería cambiar para mejorar las condiciones del sistema de salud: Car
·
Colombia requiere un mando unificado, no 48 EPS con
sistemas de salud aparte, donde cada una hace lo que quiere y puede.
·
Colombia requiere un sistema equitativo. “El 40% de la
población de Colombia de zonas dispersas apenas tiene 120 hospitales de segundo
nivel y 20 de tercer nivel, y tienen mortalidad 5 veces más grande que el
centro del país”.
·
Colombia debe dignificar la labor de sus trabajadores.
“El 80% de los trabajadores de la salud están bajo formas ilegales de
contratación y tercerizados”.
·
La salud debe ser pública.
La salud SÍ puede ser pública
Los mejores sistemas de salud del mundo no tienen EPS
y en Colombia ya éstas demostraron que son inviables. Es por esto que tanto
Víctor como Carolina coinciden en que es necesario eliminar la intermediación
de las entidades prestadoras de servicios de salud, en un proceso de depuración
que permita crear una institución de carácter público que las reemplace; que
los recaudos de la salud los haga un banco público, así como la recuperación y
el fortalecimiento de la red de servicios públicos, que no tengan que vender
servicios para sobrevivir; y todo esto debe de estar acompañado de una política
de salud integral que esté en los planes de desarrollo de los territorios, que
garantice condiciones de vida que ayuden a garantizar la salud.
“Entonces va a depender de nosotros y de nuestro voto
que se abran escenarios políticos y sociales para hacer una reforma estructural
sistema de salud. Evidentemente ahora hay mayor sensibilidad de la ciudadanía,
porque estos eran temas que no estaban, digamos, tan al desnudo como ahora,
pues el país ha estado muy congestionado por los asuntos del proceso de paz,
del conflicto armado, que son los temas que ocupan titulares de prensa. Hoy los
colombianos tenemos prestamos más atención al sistema de salud, pero falta
trabajar muchísimo más para poder lograr avanzar”, puntualizó Corcho.
La pandemia nos ha puesto a preguntarnos, y si no nos hacemos preguntas nunca vamos a encontrar las respuestas que necesitamos con urgencia.
Por eso, luego de estas reflexiones, invitamos a continuar pensando en sus hogares, con sus amigos y en sus redes sociales sobre a qué normalidad queremos regresar y cómo debemos repensar el mundo en el que vivimos.
Cuando esto acabe.
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