viernes, 15 de mayo de 2020

El mundo no puede volver a ser como antes

Mensaje de Valeria Llano Arias, asesora de incidencia política y campañas en WWF (Londres, Reino Unido)

Después de la pandemia del Covid, el mundo no puede volver a ser como antes. Nuestro país no puede volver a ser cómo antes.  La pedagogía de la catástrofe, a grandes rasgos dice que solo un desastre puede permitir recuperarnos, y helo aquí el desastre, visto también como una oportunidad para recuperarnos de la normalidad tan dañina que vivíamos y que no tendría por qué regresar.

Esta crisis demostró la necesidad de sistemas de salud públicos por ejemplo, Fuertes y sostenibles, y la importancia de dar garantías a una serie de oficios (que generalmente son precarios y relegados,) para garantizar bienestar y sobrellevar la crisis, como por ejemplo: enfermeras,  cuidadoras, personas que se encargan de la limpieza, de la vigilancia en edificios, mensajeros y personas que hacen domicilios, niñeras. A todas esas  personas el estado les debería proveer mejores garantías.

La discusión sobre la renta básica se debería dar en todo el territorio. Se le debe garantizar a todas las personas unas condiciones mínimas para vivir con dignidad.

El estado además tiene en sus manos la oportunidad de encaminarse hacia un futuro más verde, exigiendo a los sectores y empresas que va a rescatar/auxiliar económicamente que cumplan con regulaciones ambientales y apoyando la transición a energías menos contaminantes.

Otro cambio estructural en la sociedad para tener un mundo mejor cuando esto acabe es repensar en nuestros estilos de vida y entender que el crecimiento económico infinito en un mundo finito ya no ser una opción muy sabia.  Es nuestro estilo de vida el que ha ocasionado las crisis de los últimos años. COnsumo desmedido de bienes naturales, por ejemplo, deforestación que causa a pérdida de hábitat y aumenta el potencial para la interacción entre humanos-animales que pueden permitir la transmisión de virus entre especies.

Por ejemplo el cambio en el uso del suelo ha contribuido a casi la mitad de los eventos de emergencia de enfermedades infecciosas zoonóticas en humanos desde 1940 hasta 2005. Nuestra relación con la naturaleza debe cambiar radicalmente.


En resumen, yo creo que cambios estructurales deben ir desde los comportamientos personales, hasta reformulación de políticas que se adapten a los retos que nos esperan pero abriendo oportunidades para un mundo más sostenible.




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