sábado, 2 de mayo de 2020

Cuando esto acabe


¿A CUÁL NORMALIDAD QUEREMOS VOLVER?


“La normalidad que vamos a vivir ahora es con el coronavirus y eso va a cambiar nuestra vida, por lo menos a mediano plazo”, con estas palabras Peter Ptassek, embajador de Alemania en Colombia, inició la conversación propuesta por la Corporación Estanislao Zuleta y que contó con la participación de la politóloga y columnista Sandra Borda y del docente y filósofo Memo Ánjel.

La revaluación del modelo de ciudad, periodos de transición, el fracaso del consumismo, la desigualdad, la salud pública, los nuevos términos de las relaciones sociales y la exaltación de economía mutualista fueron algunos de los temas de esta conversación que contó con más de 300 personas conectadas.


Un lento y difícil camino

Para Sandra Borda la normalidad como la conocimos antes del Coronavirus no va a existir en mucho tiempo. “El punto esencial de quiebre es que, realmente, nuestra relación con el entorno y las relaciones de carácter social no van a poder ser las mismas hasta que no tengamos una vacuna y la posibilidad de distribuirla; y esos dos tiempos son tiempos distintos”.

Planteó que durante los próximos 5 años de transición se alternarán periodos de confinamiento y flexibilización. En esos periodos de relajación de las medidas seguramente el número de muertes y contagios se va a disparar, y eso hará que regresemos al confinamiento. “Creo que la trayectoria estará marcada por estas dos alternativas como formas de lidiar con el problema. ¿Qué implica esto para un país como Colombia? Que el proceso de restructuración y despegue de la economía va a tardar muchísimo; no va a ser ni 6 meses ni un año”.

Este escenario, para Borda, será particularmente difícil para los sectores sociales que no pueden trabajar desde la casa, especialmente para los que dependen de la economía informal, y de esa manera se profundizará la desigualdad social ya existente.

Para Memo Ánjel resulta imposible referirse a un regreso a  la normalidad, sea cual sea, sin reconocer que desde más o menos 1980 vivimos en anormalidad; una anormalidad representada en una economía en la que prima la codicia y la destrucción del medio ambiente, unas economías muy cuestionables que se fundamentan en la esclavitud, “una supraeconomía por encima del Estado”.

“Encerrarnos y ponernos la muerte en la calle nos hace reflexionar sobre el fracaso de las ciudades, pues es en las megalópolis donde está pasando todo, mientras nos olvidamos de la necesidad de la ruralización. Por eso, si volvemos al antes nos destruimos, pues nosotros mismos estamos dañando nuestro hábitat”.

La necesidad de una economía mutualista

Para Memo Ánjel este es el momento para un modelo económico mutualista, donde el concepto de cooperar es fundamental. “Estamos en la sociedad del individuo. ¿Dónde perdimos la noción de cooperar, de crear juntos? Las sociedades se crean juntos, la crean los socios y esos socios aportan sus saberes, sus habilidades y construyen”.

“Los seres humanos debemos evolucionar juntos, con especial interés dentro del espacio donde vivo, porque es el único espacio que me queda”, dijo, y Sandra Borda agregó: “La política del sálvese quien pueda no va a salvar a nadie”.

Concebir el desarrollo desde el consumismo tiende al fracaso, continuó Memo Ánjel, y nos invitó a reflexionar sobre lo que significa el trabajo en las condiciones de precariedad. “Los informales, la gente sin trabajo, no está viviendo, está sobreviviendo; el trabajo que se produce en América Latina está llegando a los niveles de sobrevivencia, y a partir de ahí se daña el tejido social”.

Recordemos que en Colombia el índice de informalidad alcanza el 57%, mientras que el 86% de las personas que residen en las ciudades entre 14 y 28 años, de estratos 1 y 2 labora sin poder ejercer plenamente sus derechos como trabajadores, ni gozar de los beneficios de un contrato convencional.

¿Cómo vamos a transformarnos como seres humanos?

Con esta pregunta Sandra Borda exploró los nuevos términos de las relaciones sociales durante y después del coronavirus.

“Todo el mundo pensaba en trasformaciones graduales, en examinar algunas cosas, pero con esta situación ya nadie está pidiendo pañitos de agua tibia ni pequeñas transformaciones; ya mucha gente está pensando una forma de concebir nuevos modelos de desarrollo. La forma de repensar nuestras relaciones sociales y económicas hoy es mucho más estructural; tenemos que salirnos de la caja, pensar en formulas distintas a las que tenemos”.

“Igual sucede con la relación que conocemos entre mercado y Estado, inclusive en las formas de organización social como las universidades, los colegios, los hospitales. Creo que hay espacios que no van a volver a ser los mismos y que esta crisis, con toda la tragedia humana que ha causado, nos da la posibilidad de pensar y de repensar desde cero los problemas gruesos que ha generado el paso del tiempo”.

El papel del Estado y de la ciudadanía

A la pregunta sobre qué hay que cuestionar en la normalidad de antes, Sandra Borda indicó que debemos iniciar por lo que hemos concebido como el papel del Estado, especialmente en garantizar la salud pública como derecho. “El debate no se puede quedar en privatizar o no privatizar, el debate es mucho más grande. Una buena parte del mundo se ha encontrado con que el Estado no está en una situación de proveer el servicio de salud de manera adecuada”. Recordemos que, por ejemplo, en Colombia 2.200.000 personas no tienen acceso a la salud.

Además planteó el interrogante de si la actual situación va a desencadenar la aparición de estados de bienestar, como algunos de los europeos, o de estados más pequeños pero más autoritarios.

El ciudadano, según Memo Ánjel, “tiene la tarea de reconstruir su propio espacio. Si el Estado no está funcionando el ciudadano debe dar ejemplo, eso le da carácter a la sociedad civil, que es lo que construimos los ciudadanos, y arranca desde lo más pequeño: por uno mismo”.

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La pandemia nos ha puesto a preguntarnos, y si no nos hacemos preguntas nunca vamos a encontrar las respuestas que necesitamos con urgencia. Por eso, luego de estas reflexiones, invitamos a continuar pensando en sus hogares, con sus amigos y en sus redes sociales sobre a qué normalidad queremos regresar y cómo debemos repensar el mundo en el que vivimos.
#CuandoEstoPase

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